Lo que hay que saber sobre las arañas en Uruguay (2024)

Rodrigo es pequeña, peluda, suave, tan blanda por fuera, que se diría que es toda de algodón, que no lleva huesos. Efectivamente, como invertebrada que es, no los tiene. Rodrigo es hembra. Rodrigo no se llama Rodrigo, en realidad así está escrito en el tupper que hace las veces de su cueva en el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (Iibce); Rodrigo, en sí, no tiene nombre, pero se le seguirá llamando así, porque así se la bautizó para la ocasión a esta araña pollito o tarántula. Tiene un cuerpo de más de cinco centímetros de largo, marrón oscuro, dividido en dos, peludo como sus ocho patas, una por cada ojo, azabaches como los que tenía Platero.

¿Qué tienen las arañas que generan tanto miedo? Ni la doctora en Ciencias Biológicas Macarena González ni el investigador Carlos Toscano le encuentran una explicación. ¿Serán sus ocho patas? ¿Será su cuerpo dividido en dos partes bien diferenciadas? ¿Que son invertebrados? ¿Que se mueven de forma rápida e impredecible? ¿Que tienen hasta 12 ojos? ¿Que hay casi invisibles y otras grandes como un plato? ¿Que son depredadores que atrapan y devoran a sus presas de forma horrible? ¿Que hay hembras que se comen a los machos? ¿Que son peludas? ¿Que sus redes son trampas mortales? “Hay algo ancestral, hay algo genético que el hom*o sapiens tiene, que en algún momento detectó que hubo algún peligro con estos bichos. Eso quedó impregnado, que se lo identifica como algo peligroso. Y en realidad hay muy pocas especies de arañas peligrosas en el mundo”, dice el experto a Galería.

De hecho, de unos 50.000 tipos de araña identificados en el planeta, solo unos 30 tienen un veneno peligroso para el hombre. En Uruguay, esas cifras se reducen a unos 250 y cuatro, respectivamente, indica Toscano. Se estima que en todo el mundo las arañas matan a unas 50 personas al año, según cálculos más fidedignos. Los mosquitos, que no causan ni la vigésima parte del miedo que las horribles arañas y a los que Hollywood no presta atención, son causantes de la muerte de 750.000 cada vuelta del almanaque. Las arañas, tan espeluznantes ellas, no son vectores de ninguna enfermedad. Y en Uruguay, al menos desde hace 30 años, no hay registros de que nadie se haya muerto por la picadura de estos bichos. “Ni siquiera lo hay de un emponzoñamiento serio”, agrega.

Encuentro en la ciudad. Durante siete días, del domingo 5 al sábado 11, Uruguay será sede del 22° Congreso Internacional de Aracnología. Se espera que lleguen 200 expertos de unos 40 países. La inauguración será en el salón de actos del Iibce, que son los anfitriones y organizadores; luego el resto de las actividades se realizarán en la Intendencia de Montevideo (IM). El afiche del evento —el segundo de este tipo realizado en América Latina— está notoriamente inspirado en el póster del primer mundial de fútbol, el disputado en Uruguay en 1930; solo que en vez de un arquero estilizado atajando un disparo hay una araña.

“Uruguay tiene una muy larga tradición de trabajar con arañas”, asegura Toscano, quien tiene consigo una caja de petri con un Bothriurus bonariensis, un escorpión negro, nervioso, chiquito e inofensivo, y otra con una docena de opiliones, un arácnido sin glándula venenosa, parecido a una chinche, que emite un olor intenso al ser molestado. “Somos pioneros en varias cosas. En 1997 organizamos el primer congreso de aracnólogos del Cono Sur”. En 2005, en Lavalleja, el Parque de la UTE, cerca de Minas, albergó al primer congreso latinoamericano de la especialidad. Esos eventos dieron el puntapié inicial para un “tráfico” de científicos de Uruguay al mundo y viceversa, interesados en saber más sobre estos monstruitos de ocho patas. “Ahora, tras soñarlo varios años, un grupo de colegas trajo esta instancia para acá”.

González, por su lado, tiene en una pecera una araña lobo tela de embudo. Es bastante más chica que la pollito, pero alcanzaría para hacer retroceder a alguien aprensivo. Haría bien: la araña lobo, de la familia de las lycosas, particularmente la Lycosa erythrognatha, con unos quelíceros que le ocupan la mitad de la cabeza, un cuerpo en varias tonalidades de castaño que puede llegar a los tres centímetros, presente en jardines y pastos de todo el país, es una de las cuatro especies presentes en Uruguay cuya ponzoña puede tener “importancia médica”. Su picadura es dolorosa y puede provocar una úlcera y aun una necrosis. Eso al menos en la teoría. “Es más la mala fama que tiene que lo real que te puede hacer”, minimiza la científica. A diferencia de las otras tres especies que pueden hacer daño, esta no tiene la potencialidad de matar a una persona.

Durante los días del congreso se presentarán varios trabajos donde se realzará la importancia de las arañas en el ecosistema, pues quienes las estudian las consideran tan importantes como las abejas, aunque con mucho peor fama. “Su rol fundamental es el consumo de insectos perjudiciales” para el hombre y para los cultivos, dice Toscano. Y no solo se trata de que se desayunan insectos que son vectores de enfermedades: la tarántula, por caso, es particularmente eficaz comiéndose las larvas de los cascarudos conocidos como toritos, las isocas, que están entre los peores enemigos de los cultivos. Es por eso que a los expertos del Clemente Estable les enfurece la idea de que las arañas pollito —que son capaces de vivir hasta 50 años— sean consideradas mascotas, ya que son mucho más útiles en la vida silvestre comiéndose esos gusanos. Sacar a estos bichos de su hábitat equivale a condenarlos a la aridez.

Lo que hay que saber sobre las arañas en Uruguay (1)

“Los congresos tienen el rol de compartir cosas dentro de la comunidad de aracnólogos. Nos juntamos a contarnos qué estamos haciendo, compartir información, intercambiar. Si bien estamos interconectados por Internet, nada supera la presencialidad, juntarnos, luego a comer. ¡Cuando sos país organizador dejás el alma en eso! Pero hay gente valiente en nuestro colectivo, de acá, de la Facultad de Ciencias y de la Regional Norte de la Universidad de la República que va a presentar cosas”, adelanta González. De aquí se espera un trabajo que describe la aparición de nueve especies de araña nuevas en Uruguay. Ninguna de ellas peligrosa para el hombre, se apuran a aclarar. Hay mucho que aprender y estudiar de estos invertebrados: hay una subespecie de lycosa, por ejemplo, cuya cópula dura en promedio ocho horas, algo más digno de aplausos que de miedo.

Ese miedo ancestral y genético ha sido retroalimentado por Hollywood. Películas de terror como Aracnofobia (Frank Marshall, 1990), plagada de disparates zoológicos de toda índole, han hecho uso y abuso de ello. González y Toscano recuerdan a una muchacha a la que su terapeuta envió al Laboratorio de Ecología Evolutiva y Biológica del Clemente Estable para que superara —sin mayor éxito— su fobia a las arañas. En El satánico Dr. No (Terence Young, 1962), la primera de James Bond, el siempre hierático agente 007 suda como un beduino en el desierto mientras una pollito le camina en la espalda; luego la matará a zapatillazos con una saña digna de sus enemigos. Una reacción incomprensible: ese animal nunca le hubiese hecho daño. Claro que esos miedos no surgieron de la nada absoluta.

Los bichos bravos. PHONEUTRIA NIGRIVENTER! ARAÑA DEL BANANO!! MUY PELIGROSA!!”. Con un letrero escrito con mayúsculas, signos de exclamación de cierre y énfasis en muy, destaca una pecera en el escritorio de Carlos Toscano. Tiene arena, piedras y una araña de color ocre del tamaño de la palma de una mano, incluyendo sus patas. La phoneutria nigriventer es la araña del banano o armadeira. Y como si la hubiese diseñado Stephen King: es grande, rápida, agresiva y mortal. De hecho, es considerada una de las más venenosas del mundo. En Brasil, de donde es oriunda, la acción neurotóxica de su ponzoña ha generado casos documentados de muertes en humanos, sobre todo en quienes trabajan con cachos de banana, donde suelen esconderse. Uno de los efectos secundarios de su picadura es el priapismo: una prolongada y dolorosa erección; es por eso que muchos analizan su veneno para combatir la disfunción eréctil.

La buena noticia es que aunque la araña del banano se ha detectado en Uruguay, siendo otra de las cuatro especies bravas que hay en el país, nunca se registraron aquí ataques significativos en seres humanos. La explicación es fácil: suele venir de Brasil en cargamentos importados de banana, en los cuales ya sufrió un baño de químicos y de refrigeración. Conclusión: llega tan debilitada, a un país además con una temperatura promedio más baja que a la que está habituada, donde es más fácil que sea víctima que victimaria. De cualquier forma, el ejemplar en el escritorio de Carlos —una hembra que nadie se tomó el esfuerzo de bautizar— está bien alimentado y a buena temperatura.

La mala noticia es que la araña más peligrosa en Uruguay es domiciliaria y está presente en cualquier casa y en cualquier apartamento. Es la Loxcosceles laeta o araña de los rincones. González arrima dos ejemplares en cajas de petri. Es un bicho patilargo con un cuerpo de menos de un centímetro de color marrón claro que, efectivamente, uno se ha cansado de ver detrás de los estantes de las bibliotecas, los roperos, los cuadros o, sobre todo, en rincones donde no se ha pasado un trapo en mucho tiempo. Tanto ella como Toscano las manipulan sin mayores precauciones: es asustadiza y solo picará como último recurso.

Lo que hay que saber sobre las arañas en Uruguay (2)

Nadie daría dos pesos por ese bichito pero es el responsable de la mayoría de las picaduras de araña en este país. Según datos no actualizados del Ministerio de Salud Pública (MSP), en el lustro comprendido entre 2008 y 2012 hubo 83 casos sospechosos, de los cuales solo cuatro requirieron suero antiarácnido. Ninguno fue grave y eso es positivo, ya que la acción de su veneno puede afectar el hígado, las vías biliares y generar necrosis cutáneas o renales. En Uruguay no hay registros de que este animal —presente en todos lados— haya matado a nadie, pero en Argentina, a fines de 2022 murieron un bebé de un año y medio y un hombre de 52 años por sendas picaduras en menos de un mes.

La Latrodectus mirabilis, araña del lino o viuda negra, también muy presente en Uruguay, pero en jardines y espacios exteriores, es la otra araña local que puede significar algún peligro para las personas. El imaginario popular también las hizo conocidas: las hembras (que pueden alcanzar los 15 milímetros) son de color azabache y de abdomen globoso, y son mucho mayores que los machos (a los que suelen almorzarse luego de la cópula). También tienen quelíceros de mayor tamaño y, por ende, peligrosidad. Si bien su veneno neurotóxico es potencialmente mortal, es rarísimo que genere algo más allá de un enrojecimiento cutáneo.

“Si te pica una araña no hay que hacer torniquete”, se ríe Toscano. Sabe de lo que habla: más allá de conocer que es muy difícil que una picadura pueda afectar gravemente, eso es lo que a él le pasó de chico. Un día, a los ocho años, en una excursión con sus padres y sus hermanos por Punta del Este, quiso agarrar lo que le pareció “un cangrejo” con sus manos. Resultó ser una araña lobo. El médico que lo atendió le hizo un torniquete y lo obligó a tomar un litro de leche “para contrarrestar el efecto del veneno”. Ni una cosa ni la otra hubieran servido para nada. La picadura no le causó más que un interés por los arácnidos que continúa hasta hoy. “En rigor, si te pica una araña tenés que ir al centro de salud más cercano lo más pronto posible. Lo más probable es que te traten con un antialérgico”, afirma. Es raro que sea necesario suero antiarácnido.

“Es muy infrecuente un reporte demostrado de picadura de araña”, dice a Galería la doctora en Ciencias Biológicas Anita Aisenberg, jefa de este laboratorio del Iibce dedicado a los arácnidos. Suele recomendarse que, si se sufrió una picadura, se lleve al animal consigo, aunque sea muerto, para facilitar su identificación. Sin embargo, es fácil darse cuenta de que nadie picado suele tener ganas de tratar de agarrar al bicho agresor. “Y tampoco tengo conocimiento si acá en Uruguay alguna persona murió por ellos”, agrega quien quizá sea la mayor experta en el país.

Congresos como el que comienza este domingo, si bien están dirigidos a entendidos, también buscan eliminar miedos y aprensiones ridículas. Claro que, tratándose de ese feo bicho que no le cae en gracia a casi nadie, eso es como predicar en el desierto, tienen claro sus defensores.

FUENTE: nota.texto7

Lo que hay que saber sobre las arañas en Uruguay (2024)

References

Top Articles
Latest Posts
Article information

Author: Msgr. Benton Quitzon

Last Updated:

Views: 5536

Rating: 4.2 / 5 (43 voted)

Reviews: 82% of readers found this page helpful

Author information

Name: Msgr. Benton Quitzon

Birthday: 2001-08-13

Address: 96487 Kris Cliff, Teresiafurt, WI 95201

Phone: +9418513585781

Job: Senior Designer

Hobby: Calligraphy, Rowing, Vacation, Geocaching, Web surfing, Electronics, Electronics

Introduction: My name is Msgr. Benton Quitzon, I am a comfortable, charming, thankful, happy, adventurous, handsome, precious person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.